martes, 26 de abril de 2011

Mision casi cumplida, Claudia

Sin lugar a duda que el proximo grado de Diego en su MBA en el IESE, marca un punto importante en mi vida. Me ha puesto a recordar toda el agua que con la ayuda de Dios, ha pasado bajo el puente en estos casi 45 años en que he sido bendecido por Claudia, Juana y Diego.
Mi meta siempre ha sido educarlos para la felicidad y espero que en su vida lo logren. Solo he usado tres ingredientes: El ejemplo, las madres y la educación.
Hoy el tema es la Educación y curiosamente todos terminaron con MBA's Claudia de Duke University en Carolina del Norte, Juana del Instituto de Empresa de Madrid y Diego del IESE de Barcelona España. Los tres han escogido con plena libertad lo que han querido estudiar y la especializacion que han querido adelantar.
En todos estos años, siempre he tenido una gran amiga y compañera, mi Claudia y a ella quiero dedicar este recuerdo. Le ha tocado una vida inicialmente dura, pero últimamente muy feliz. La enfermedad de Silvia nos marcó a los tres; íbamos de Bogotá a Guatemala y a Houston con mucha frecuencia y alli viviamos la angustia del cáncer invasivo de Silvia al higado, a los huesos, al cerebro. A su vez, ver a Silvia luchar para dejarme a Claudia "mas formadita" como solia decir, nos unia mucho junto con el apoyo permanente de la familia en Guatemala.
Cuando Silvia murio en 1980, Claudia tenia algo mas de 9 años pero pensaba y comprendia como una niña de 13 a 14. Silvia, quien preveía por ella y por mi desde antes de morir, me habia sugerido que la pasara a estudiar al Gimnasio Femenino y asi lo hice. Doña Ana Restrepo del Corral, me recibio con los brazos abiertos y Claudia salió del Colegio Andino y entró al Femenino. Fue tan fuerte el cambio que, pienso yo ahora, se cumplió una terapia de cambiarle a Claus el problema de la falta de su mama, por uno nuevo de adaptarse al nuevo colegio.
Transcurrido un año y un cambio de calendario B a calendario A que obligo a Claus a perder un año, me dijo que no estaba contenta en el Femenino y que quería regresar al Andino. Hablé el tema con Doña Ana Restrepo, quien lo vio conveniente y para recuperar el año perdido por el cambio de calendario escolar, Claudia validó 5o. primaria en una escuela del Distrito (Curiosamente le toco en la Escuela República de Guatemala) e ingreso de nuevo con sus compañeros de siempre del Andino, quienes la acogieron con inmenso cariño.
Apareció otro angelito en mi vida, Olga Galofre Cano. sobre ella si Dios lo permite escribiré en otro dia, y fue ella la segunda mama para mi Claudia. Salimos de la casa de la calle 122 y nos fuimos a vivir a la casa de la Carrera 59 que don Alberto Galofre le habia regalado a Olga. El proceso para Claudia con Olga y viceversa, fue suave y lleno de amor, aunque todos sabemos que la perdida de la madre no es fácil de superar. Claudia buscó un poco de refugio aprendiendo a tocar órgano y este cumplió su labor terapéutica. Lo pienso así pues en algún momento le pregunté a Claudia si queria llevarse el órgano a su casa y me dijo que no lo queria, tal vez la llenaba de recuerdos.
Claudia siguió sus estudios en el Andino hasta graduarse de Bachiller con la certificación del Ministerio Alemán de educación de hablar, entender y escribir la lengua alemana.
En ese lapso nacio Juana Carvajalino Galofre y recuerdo que cuando a Claudia le contamos que Juana habia nacido, ella espontaneamente me dijo: "papi hoy es el dia mas feliz de mi vida, he dejado de ser hija unica ahora ya tengo hermanita y para toda la vida... Que felicidad".
Los recuerdos con mi amiga Claudia son muchos, era ella mi compañera para finquiar. Cuando compramos La Esperanza, nos fuimos un dia a recorrer los linderos y nos toco sortear los caños, en algunos de los cuales esta niñita de 6 años, se sumergía completamente para lograr avanzar en nuestra meta de conocer los linderos de la finca. Afortunadamente llegamos sin novedad, empapados.... pero completos.
Vino luego su decisión de estudiar Ingeniería Industrial en la U. de los Andes. Siempre fue una gran estudiante aunque en primer semestre lucho mucho en la materia que menos pensaba yo, en dibujo industrial, donde le costaba mucho visualizar en perspectiva objetos....finalmente llegó el "click" y lo logró. Con un excelente profesor, se puso en la tarea de crear una empresa con todas las de ley, escritura de constitución, registro en Cámara de Comercio, NIT etc. su objetivo fue fabricar calcomanias lo cual finalmente lograron e inclusive venderlas. Gran experiencia.
Parte de la formación incluía un año en una universidad en USA, Claus escogió UMASS y allí se fué. Cuando vino a vacaciones resolvimos con Olga ir a llevarla y conocer la U. Fue en este viaje donde Olguita encontró la muerte en el aeropuerto de Kennedy en New York y donde afortunadamente Claus sobrevivió. Este evento llena mi corazón de pesar y prefiero no relatarlo aquí.
A Dios gracias, regresamos con Claudia convaleciente a Bogotá y con Juana y Diego emprendimos la tarea de volver a construir nuestra vida. La ayuda de ellos fue ejemplar para mi y poco a poco con la ayuda de la familia, de amigos y de Sonia, quien apareció como un angel generoso en nuestras vidas, fuimos volviendo a colocarnos en pie.
Un grato recuerdo fue la decisión de irnos de safari fotográfico a Kenia. El cambio fue especialmente terapéutico y nos permitió cambiar la película y unirnos mucho mas. Pasamos por Londres e inclusive fuimos a Mombasa en la costa Keniata, donde en forma bastante irresponsable de mi parte, los dejé en un hotel, mientras yo viajaba a Tanzania a buscar clientes para las fumigadoras. Gracias a Dios, regrese bien y los encontré gozando las costas del Indico.
Terminó Claus su Universidad en Bogotá, yo recibí su diploma de Ingeniera Industrial en la ceremonia de grado, pues ella se había ido a Paris a estudiar francés y posteriormente a Duke a estudiar su MBA. Había sido un gran motor para entusiasmar a Andrés, compañero de Ingeniería Industrial en los Andes, para que el se fuera a hacer su MBA en la U. de Virginia (Darden School of Business). O sea que allí se inició el cuento de hadas.... se hicieron novios, cada uno hizo su Master y Claudia se fue a trabajar en Wall Street, mientras Andrés se vinculó a una empresa de Richmond. El cuento de hadas, tubo su "pausa para pensarlo" hasta que un día Andrés llegó a Nueva York y le propuso a Claudia que se casaran. Retomamos el "cuento de hadas" en momentos en que observo en la TV desde la finca El Paraíso la boda del príncipe Enrique de Inglaterra y casi con la misma fastuosidad pero seguro que con mucho mas amor, celebramos su boda en Bogotá.
Sonia "se fajó" una fiesta inolvidable donde creo que todos pasamos muy felices. De regreso a la casa, me entró la lloradera...... así como recuerdo que nunca había reído con tantas ganas como cuando en el rancho en Alcalá llegaron Mauricio y Cisi con escalera a rescatar un globo, tampoco recuerdo haber llorado con mas sentimiento que en el carro de regreso a casa, después de la boda de Claudia.... al fin y al cabo, estaba entregando una parte muy importante de mi vida. Aún hoy se me nubla la vista.
Gracias, otra vez, a Dios, los años con Andrés han sido de felicidad y alta producción material y espiritual. Inicialmente se establecieron en Richmond, de allí se fueron por un breve periodo a Dallas, siempre en plan de vivir para siempre en USA (la situación de seguridad en Colombia, era desastrosa). Claudia aceptó mi sugerencia de trabajar desde su hogar, tradición que se ha logrado mantener hasta hoy y desde donde ella se ha convertido en la CEO de la familia, con muchas y claras responsabilidades de crear toda la infraestructura para que nuestra familia expandida pueda proyectarse unida en el tercer milenio.
De repente y como parte de este "cuento de hadas" llega la noticia del embarazo, la llegada de Joaquín en Richmond, la de Julián a los pocos meses de haber nacido Joaqui.
Otro evento de enorme felicidad, fue el regreso de la familia Camacho Carvajalino a Bogotá, donde Andrés asumió la Gerencia General de Progen, gestión que ha cumplido con especial éxito y siempre con el apoyo de Claudia.
Allí va la historia y con la ayuda de Dios, seguirá llena de felicidad


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